Duque Foxy: historia de un traficante

Hoy, en mi sección de RA (Reportaje Actual) voy a contar la historia de un joven duque muy querido y a la vez temido por todos. El duque no es como los duques de antaño, sino que es como cualquier otra persona normal y corriente, o por lo menos, lo aparenta. Hemos averiguado que el duque es una persona… ¡de dos caras! En su casa es un angelito y un niño ejemplar, por no hablar de cómo se comporta en el instituto. En clase, además de ser el más participativo y el más inteligente, es también un modelo de alumno a seguir. Todos sus amigos hablan maravillas de él, pero… ¿qué dirán sus enemigos? Hemos intentado hablar con todos pero no pudimos. Y no fue por tiempo, sino porque tenían miedo a las posibles represalias por parte del duque. Otros han querido hablarnos sobre la verdadera vida que lleva a espaldas de su familia y de los profesores, para así poder vengarse de él. El duque es nada más y nada menos que… ¡un traficante! Como lo leen. Según fuentes fiables, el duque, en sus tiempos libres, ejerce de traficante (y uno de los mejores por cierto). Una compañera de clase lo vio una vez sentado en un banco estudiando, o eso le pareció a ella. Pero cuando se acercó descubrió que estaba… ¡drogándose! A tanto llegó el escándalo que causó este descubrimiento que tuvo que venir la policía. Lo sorprendente del caso es que al registrarle no encontraron nada, ni rastro de droga. Según las personas que confían en él (familia, amigos y profesores), fue de muy mal gusto presenciar cómo registraban a un chico tan ejemplar. Sin embargo, sus enemigos nos cuentan el posibles lugar en el que esconde la droga. No es otro lugar que en un collar. El collar en cuestión se une por medio de unos pequeños imanes y en el espacio que hay entre ellos es donde esconde su aperitivo. Esto le ha hecho ganarse el apodo del Duque Foxy porque, en otras drogas, ésta es su preferida. Y aquí termina esta fascinante historia sobre la doble vida del duque más querido y a la vez, más temido.